" Calle de San
Bernardo
vieja hornacina,
que obstenta de la Virgen
pobre estatuilla.
Calle de nuestras calles
Mayor Antigua.
En los oscuros cielos
el rayo brilla.
Sólo un trozo le muestra
su rebeldía porque no quiere hacerse
pronto ceniza
que de la curva boca
ya se salía.
El, en que arda ese trozo
terco se obstina
pero lograr su intento
no conseguía.
Cógelo de un extremo,
tanto le irrita
que a la calle lo saca
donde lo tira.
Mas de pronto un chasquido
le pavoriza,
mientras la voz dulce
así decía:
Pues a la calle me echas,
me echas con ira,
De la Calle la Virgen
seré algún día.
El incrédulo tiembla,
tiembla y medita;
a nadie en torno suyo
ve más que mira;
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Y el resplandor le ciega
de aquella astilla
cuyo nimbo brillante
le confundía.
Ciérnese la tormenta
cae la llovizna
nada al rudo blasfemo
le aterroriza
Echa leña al horno
que pan cocía
y arde chisporroteando
que es maravilla
Llama a su fiel esposa,
llama a su hija
que la noche mediada
duermen tranquilas.
Cuéntales lo ocurrido
salen deprisa
y en la calle recogen
lo que él decía;
Un trocito de leña
de roja encina,
cuya punta abrasada
se percibía:
una imagen de ella
tosca y divina,
de la Virgen del Cielo
Virgen Santísima.
Desde entonces repiten
cuantos la miran:
La Virgen de la Calle
La Morenilla,
que a la boca de un horno
fue aparecida."
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